LA PARROQUIA
Los comienzos
La Parroquia Niño Jesús de Praga junto con su centro misional Santa Rafaela María pertenece a la Diócesis de San Isidro.
La Parroquia fue fundada el 28 de Agosto de 1963 por Monseñor Aguirre y su primer párroco, el Padre Natalio Díaz.
El Centro Misional fue fundado en 1988 a partir de las iniciativas de Monseñor Casaretto, el Padre Patricio Di Nucci (párroco de la parroquia en ese entonces) y la ayuda de numerosos feligreses de la comunidad.
El Niño Jesús de Praga
El Niño Jesús de Praga es el patrono de nuestra parroquia. La imagen del Niño Jesús ha sido venerada desde los comienzos de la cristiandad. En la España del siglo XVI, los carmelitas Santa Teresa de Ávila y San Juan de la Cruz promovieron su adoración; la devoción al Niño Jesús se convirtió en una riqueza permanente de la Orden del Carmelo.
La devoción particular al Niño Jesús de Praga comenzó a principios del siglo XVII en Praga. En 1628, cuando estalló la guerra, el monasterio Carmelita fue reducido a la pobreza. La princesa Polyxenia de Lobkowitz donó al convento una hermosa estatua del Divino Niño procedente de España; fue colocada en el oratorio y fue fuente de gran devoción entre los religiosos. Desde allí, se ha expandido su devoción a todo el mundo.
El 25 de Octubre de 1968 nuestra parroquia fue bendecida al recibir una réplica de la imagen del Niño Jesús de Praga enviada por el Cardenal Josef Berán, arzobispo de Praga. Por ese motivo festejamos nuestra fiesta patronal los 25 de Octubre. Hasta el día de hoy el Niño Jesús no deja de hacer milagros y de dar extraordinarias gracias.
Santa Rafaela María
Rafaela María Porras y Ayllón nació el 1 de marzo de 1850 en Pedro Abad (Provincia de Córdoba, España). Era la décima de trece hermanos. Sus padres le inculcaron la fe católica, la responsabilidad social y un sencillo estilo de cariño hacia todos. Junto con su hermana Dolores ingresó en 1875 a la Sociedad de María Reparadora, tomando Rafaela el nombre de Rafaela María del Sagrado Corazón.
Cuando la congregación se trasladó a Sevilla, las dos hermanas fundaron el Instituto de Adoradoras del Santísimo Sacramento e Hijas de María Inmaculada, con un carisma fuertemente centrado en la Eucaristía y la espiritualidad Ignaciana. Diez años más tarde el Papa León XIII aprobó la Congregación de Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, dedicada al culto eucarístico y a la enseñanza.
Rafaela murió el 6 de enero de 1925 en Roma. Tuvo un estilo de amar sencillo, humilde, pacífico. Pío XII la declaró oficialmente digna de admiración, “beata”, bienaventurada, dichosa, el 18 de mayo de 1852. El Papa Pablo VI la proclamó Santa el 23 de enero de 1977.